Yo y mi imprescindible compañera de fatigas de la vida y empresa, lo intentamos hacer lo mejor posible. Tras muchísimos años peleando con motores, desde una corta césped, de pequeño en mi casa, hacerlo funcionar, eso era una locura para un niño.
Las noches jugando a hacer que fuese un poco más rápido la vespino. Lo que digo que hay amor por esto. No es sólo por el dinero. También tengo siete años de electromecánico, más 9 años de mecánico y tres años como jefe de mi taller.
Lo hacemos lo mejor posible, desde el cambio de unas pastillas de freno, hasta una reparación de caja de cambios automática.
Con la imprescindible ayuda de una máquina de diagnosis completísima. Estamos a su disposición.
¿En que te podemos ayudar?
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